Plegar adecuadamente una vela "común" es una operación sencilla pero pesada e incómoda, si se es una sola persona.
Se trata de extender la vela y comenzar a plegarla de forma paralela al pujamen, cambiando la orientación del pliegue cada vez, como un acordeón.
Si es necesario habrá que extraer primero los sables.
Una vez plegada, lo ideal es volverla a plegar un par de veces desde cada puño, desde los extremos hacia dentro, o enrollarla si es posible, para permitir a la vela entrar en la funda. En cualquier caso, es aconsejable no asfixiarla, dejando holgura en los pliegues y no presionarla, para así permitir una correcta ventilación una vez guardada.
También es aconsejable no plegar la vela siempre por los mismos sitios, donde se van quedando las marcas, aunque ya sabemos que es más cómodo, para evitar deteriorar un mismo área.
Una foto resume cualquier explicación
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